La noticia se podía haber producido en cualquier momento, porque la salud y las fuerzas ya le habían fallado, pero fue ayer, un día antes de su cumpleaños, que habría celebrado hoy, cuando la muerte acabó con la vida de José Luis Ceballos de la Cal. Había nacido en Barreda hace 86 años y murió en Santander, una ciudad a la que quería y en la que se complacía porque adoraba la bahía y su tierra.
Fue un empresario adelantado a su tiempo, hecho a sí mismo. Un hombre independiente, tremendamente espléndido y generoso, con una personalidad arrolladora y un porte de señor, elegante, que le acompañó hasta en los últimos y duros momentos de la enfermedad.
Sus padres, Ángel y Encarnación, regentaban un conocido establecimiento mixto en Barreda situado en una casa donde nacieron él sus otros siete hermanos. Pero una pequeña localidad le quedaba estrecha para José Luis que fue un hombre cosmopolita. De su matrimonio con la torrelaveguense Elisa Fernández, nacieron dos hijos: José Luis, muerto prematuramente, y Verónica, el principal apoyo y 'la niña de los ojos' de su padre.
Trasladó su residencia a Madrid, donde, en la Castellana, fijo su casa de 'trabajo' porque todas las semanas, puntualmente, venía a Barreda para estar junto a su madre. Cuando Encarnación falleció fijo su residencia 'personal' en Santander, ciudad que decidió hacer definitivamente suya y donde vivió algunos de los mejores años de su vida. Fundó la empresa 'Revima', dedicada al reciclado de vidrio, pero lo hizo cuando eran muy pocos los que sabían de este sistema, por lo que fue pionero en un sector que le asentó como un empresario importante. Con sus negocios recorrió Europa en unos años en los que los españoles sólo íbamos a Alemania con la maleta y el hatillo.
Estaba orgulloso de su hija Verónica, farmaceútica, y casada con el naviero Vicente Boluda, uno de los empresarios familiares más importantes de España. Sus nietos Vicente, Ignacio y Verónica fueron su orgullo y su aliento. En los últimos años de su vida, cuando hizo del Hotel Bahía su residencia, estuvo cuidado por Antón e Izaskun Arrainz, que con sus hijos, se convirtieron también en su familia. Tuvo para su cuidado a ocho sanitarios: David, Rafael, José Antonio, Nacho, Nacho Fraile, Mariano, Roberto y Tutis, para los que más que un jefe fue un abuelo. No le faltaron nunca las visitas de sus amigos Fermín Cuesta y Antonio Gómez Estévez.
José Luis Ceballos fue, para mi, un hombre muy querido al que siempre recordaré.
El Diariomontañes.es autora Nieves Bolado 3/08/11
Solo desearle buen viaje como hice tantas veces cuando dejaba la habitación 407 por la mañana temparano por que se iba de viaje.Todos los años que pasó en la cuarta planta del Hotel antes de que le subieran a la séptima, antes de que la enfermedad de estos tres últimos años hiciera que ya no nos reconociera.El día 12 haría precisamente 12 años que vivía aquí, los mismos que hace que yo trabajo allí.Le echaremos de menos, era parte de todos, seguro que no ha habido nadie del personal que en mayor o menor medida no haya tratado con usted, SEÑOR CEBALLOS, descanse, es un merecido descanso .
La señora Nieves Bolado en el Diario Montañes no se ha acordado de "sus camareras" , las que le hemos atendido todo este tiempo, las que lavavamos su ropa, haciamos su cama, aseabamos su baño .... y hablabamos con usted cuando coincidiamos o nos llamaba a su habitación , por que Usted era un hombre campechano como el que más.No importa, para nosotras usted sabía que no era un cliente más, era "el hombre que vivía en el Hotel"... y aunque Nieves Bolado no se acuerde de nosotros (paisana Torrelaveguense mía y redactora jefe de el Diario montañes) , hoy aunque aún no es oficial puedo decir que USTED si se ha acordado de TODOS nosotros, ha sido un hombre generoso hasta el final de sus días.Gracias por habernos acompañado estos 12 años, fué un verdadero placer atenderle Señor Ceballos .
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