No está por extinguirse... y es mi propósito aquí intentar infundir el interés de esta artesanía a los jóvenes . A ellos la inmensa responsabilidad de perpetuar la centenaria tradición de las labores.
Lo he titulado CROCHÉ, porque ayer mísmo, yo llevaba una chaqueta de ese género, una persona cercana y querida me comentó " que era muy bonita" y ..... se me ocurrió tratarlo como tema para una de mis entradas.
Haciendo una pequeña historia del croché, podemos decir que se empieza con la pregunta de siempre. ¿Cuándo nació el crochet? Y yo respondería como en el caso del encaje de bolillo: en los albores de nuestra civilización... cuando el hombre además de sentir la necesidad de cubrirse, también tiene la de adornar sus vestimentas. Y no sólo las mujeres, también los hombres. ¿Vanidad?
La historia ya escrita nos lleva a los primeros años del 1800, más o menos. Pasaba y sucede todavía. En aquel pueblo de Irlanda o Inglaterra, de Perú o Ecuador, el trabajador no podía comprar lo que el mismo producía. ¿Qué les quedaba? Poner mano a una simple aguja llamada crochet y con algunos hilos dar rienda suelta a su imaginación. Entonces este arte, para algunos artesanía,( yo, si creo que artesanía, lleva mucho tiempo hacer esas labores , generalmente lo que se compra hecho, se ha tejido en países muy pobres, y aquí no pagamos ni siquiera el material que se ha utilizado) vuelve a hacerse presente desde la profundidad de la historia. Y hasta nuestros días, teniendo pleno auge en la década del '50 hasta el '80. De aquí, los orientales, para nosotros llamados "chinos",con sus desbordante exportaciones de chucherías dan el golpe mortal no solamente al crochet (no sería nada) sino a todas las industrias del tejido . Lo bueno siempre se impone. Ya los abalorios de colores no nos encandilan.
He conseguido que este fín de semana, mi hija y sus amigas se pongan a hacer collares y pulseras en el camping, estaban aburridas y solo ha hecho falta darlas un empujoncito, el resto "su voluntad" y las moneditas que se estan sacando vendiendo lo que hacen.
Es la reacción en constatar como se destruyen las raíces del trabajo sin imponer a tiempo la justa reacción.
Aún recuerdo a mi abuela enseñándome a "echar" los puntos , a "menguar" .... con unas agujas diminutas que venían el "el costurero de la señorita Pepis" que acababan de traerme los "Reyes Magos".De su mano aprendí a hacer "punto", mi madre también puso su granito de arena, siempre he sido muy habilidosa para las "manualidades", y el "punto de cruz", labor a la que he dedicado "muchos" años me parece de lo más "relajante" que cualquiera puede recetar contra el estrés.
¿Por qué siempre tenemos que imaginar a abuelas haciendo labores?, yo, enseñaré a mi hija, por que no quiero que se pierdan costumbres, por que quiero que me recuerde "cercana" como yo recuerdo a mi abuela....
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