¿Por qué el lenguaje de las flores?... El lenguaje de las flores, fué un medio de comunicación en la época victoriana, en donde las flores y los arreglos florales se usaban para enviar mensajes codificados, sirviendo a sujetos para expresar sentimientos que de otro modo nunca se podrían hablar. Es algo que "Federico García Lorca" nos enseña en su obra :Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores. En una época dónde la mujer unica y exclusivamente se preparaba para el matrimonio(labores del hogar, aguja, bordado, alguna clase de música, quizás algún idioma_preferentemente francés).El esparcimiento estaba regido por la discrección, nada de libertad de sentimientos,las madres acompañaban a sus hijas a los parques, para vigilar su moral y coartar su libertad. Flores, abanicos, colores, pañuelos, sombrillas, tarjetas de visita eran elementos utilizados para enviar "mensajes cifrados": aceptar un amor, comprometer una cita a una hora determinada (sin que los demás lo advirtieran). En nuestros tiempos aquello nos parecerá una "cursilería, yo prefiero quedarme con la sensibilidad sentimental y tratar de elaborar "un blog" que no utilizará flores sino palabras y que espero llegue a todos los que se "acerquen" a ÉL. Tesy


jueves, 21 de julio de 2011

EL PROFESOR LOS ALUMNOS Y LA BICICLETA

"Buenos días niños" dijo sonriente al entrar al aula de clases.
"¡Bue-nos dí-as Pro-fe-sor!", contestó a coro el batallón de niños.

El Profesor Varela había llegado a la escuela hace poco tiempo, pero ya se había convertido en uno de los maestros favoritos de los alumnos. Siempre sus clases eran sorprendentes e ingeniosas, pero nunca como la de esa mañana.

Dando pasos cuidadosos entró con una espectacular bicicleta último modelo. Todos los niños la miraron extasiados, pero sin entender de qué se trataba. El profesor se sentó y comenzó a garrapatear el libro de clases como si nada.

De pronto, la voz del chico más valiente del grupo se hizo escuchar: " Profesor Varela..., ¿Por qué trae esa bicicleta?

El profesor lo miró a través de sus anteojos y dijo: "Hmm, por supuesto, la bicicleta."
Se paró en medio de la sala, levantó una ceja y pronunció: "Hoy tengo ganas de regalar esta bicicleta, así que si hay alguien que la quiera, que pase y se la lleve".

Los chicos se miraron unos a otros riéndose y murmurando. Pero nadie se movía de su asiento. Al fin y al cabo, nadie quería pasar por tonto.

Hasta que desde el fondo del aula se oyeron unos pasos apurados. Era Clemente. El alumno más tímido y frágil de todos.

Al llegar hasta donde el profesor, susurró unas palabras.

"¿Que dices, niño?", sentenció el maestro, "No te escucho".

"Yo quiero la bicicleta, profesor Varela".

"Ah, pues tómala hijo. Es tuya."

La sonrisa de Clemente fue tan grande como la sorpresa de sus compañeros: "¡Pero profesor, no sabíamos que hablaba en serio!!!". Otro agregó: "Pensamos que era una broma".

El maestro sonrío: "Espero hayan aprendido a mantener la inocencia, mis queridos alumnos. Está bien ser cauto en la vida, pero nunca pierdan la inocencia...La INOCENCIA es un verdadero viaje en sí mismo

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