
¿Te imaginas que uno de los asesinos más famosos de la historia se niega a llevar otra ropa que no sea un polo de tu firma? Lacoste quiere evitar a toda costa que Anders Behring Breivik, el autor de la masacre de Oslo, aparezca en público luciendo su ropa. Te contamos qué llegan a hacer las grandes marcas para que no asocien su imagen con algunos personajes.
Lacoste ha llegado a solicitar a la policía de noruega que Anders Behring Breivik no vuelva a lucir su famoso cocodrilo. Según aseguran, están sufriendo una pérdida incalculable de imagen. Cuando fue detenido, llevaba una camiseta roja de manga larga de Lacoste y aseguraba en un comunicado que es su marca favorita, ya que lo caracteriza como a “un europeo bien educado con tendencia conservadora”.
¿Qué campaña puede combatir con más de 32 millones de búsquedas que tiene el nombre de Anders Behring en Internet? El fenómeno de la “publicity” – o conseguir una celeb como reclamo de tu marca- se trastoca completamente.
No es la primera vez que una firma se siente horrorizada porque algún famoso una su nombre al de su firma. Repasamos en la galería de fotos algunos de los últimos y más sonados casos. Pero una advertencia: en un intento de salvaguardar la marca las consecuencias pueden ser aún peores.
Belén Esteban llegó a asegurar en público que nadie quería confeccionarle su vestido de novia. Aseguraba que recibió negativas de firmas como Rosa Clará, Victorio y Lucchino o Pronovias. Las firmas se defendieron asegurando que se trataba de un mal entendido: o que lo pidió tarde o que quería que se lo regalaran… la polémica acaparó muchos titulares en 2008. Al final llevaba un vestido de novia de Antonio
Pozuelo.

Lindsay Lohan despierta simpatía y rechazo a la vez. Mientras que una web de Shopping le pagaba porque anunciara sus servicios durante su arresto domiciliario, una firma de chicles para dejar de fumar aseguraba que la actriz no era imagen suya a pesar de haber sido fotografiada consumiendo -¡y gratis!- sus productos. Su paso como asesora creativa para Ungaro no fue precisamente un gran reclamo para la firma.

El caso más famoso de celeb de las que las marcas huyeron fue Kate Moss. Tras las polémicas fotos consumiendo cocaína muchas firmas terminaron con sus contratos publicitarios y otras, en cambio, mostraron su apoyo (y de paso lograron una imagen más transgresora), como fue el caso de Cavalli. En un
un año su caché se dobló.

Visto en: Marie Claire.es
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