La última moda en compras es un espejo parlante. No nos asustemos, serán los
amigos que, conectados a Internet, dirán como queda la ropa. Y todo esto se ha
puesto en marcha en la boutique mundial de la moda, New York, donde se han
presentado los espejos parlanchines en los almacenes Bloomingdale's, en
concreto, en la boutique de la marca Nanette Lepore, que ocupa un lugar
privilegiado y de lujo en estos almacenes durante un periodo de tres días. La
firma de lujo Prada ya ha mostrado gran interés acerca de este curioso invento.
Los espejos parlantes no son algo
novedoso, porque ya los habíamos visto en varios cuentos infantiles, como el de
Blancanieves, donde éstos cobraban vida y contestaban a las preguntas que les
hacía la madrastra mostrando una imagen, a la vez que contaban la respuesta
oralmente. Bueno, pues durante tres días, estos personajes de cuentos de hadas
se han convertido en realidad, y han pasado a formar parte del mobiliario de un
prestigioso grupo de grandes almacenes en Nueva York, alojamiento oficial de lo
último en moda. Así, los neoyorquinos han experimentado lo que sentía la
madrastra de Blancanieves al hablar con un espejo. La diferencia con el cuento
radica en que ya no preguntamos quién es la dama más bella del reino, sino que
queremos saber si la prenda que nos estamos probando nos queda bien, o si los
colores nos sientan bien.
Este espejo mágico en cuestión lo ha
inventado la empresa de informática norteamericana Icon Nicholson, y se denomina
Social Retailing. Pero no es mágico, porque la interacción se logra gracias a un
equipo de asesores e Internet. Una cámara incorporada detrás del espejo graba al
modelo en cuestión probándose distintos modelitos, y dichas imágenes se
retransmiten a una página web de acceso restringido, a la que sólo pueden
acceder aquellas personas designadas por el modelo anteriormente. El mensaje de
retorno llega gracias a que el que da su opinión conectado a Internet o desde el
sofá de su casa le envía un mensaje de texto y le aconseja acerca de la prenda
que se está probando, e incluso proponer otras prendas que aparecen recogidas en
el catálogo de la tienda o marca en cuestión.
Y es que quién más y quién menos le
gusta saber si una prenda le queda bien antes de comprarla, y obtener aunque sea
otro punto de vista, si es el de un amigo o amiga, pues mucho mejor. De ahí a
que el director de los grandes almacenes piloto, Tom Nicholson, asegurase que
estos espejitos mágicos no son obra de un futuro muy lejano, y que se
instaurarán muy pronto en las grandes tiendas, "pensados para los jóvenes que
les gusta estar conectados las 24 horas". De hecho, la firma de lujo Prada ya
está muy interesada en este invento. Ya se sabe, es el fin del miedo a
equivocarse cuando vamos de compras.
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