¿Por qué el lenguaje de las flores?... El lenguaje de las flores, fué un medio de comunicación en la época victoriana, en donde las flores y los arreglos florales se usaban para enviar mensajes codificados, sirviendo a sujetos para expresar sentimientos que de otro modo nunca se podrían hablar. Es algo que "Federico García Lorca" nos enseña en su obra :Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores. En una época dónde la mujer unica y exclusivamente se preparaba para el matrimonio(labores del hogar, aguja, bordado, alguna clase de música, quizás algún idioma_preferentemente francés).El esparcimiento estaba regido por la discrección, nada de libertad de sentimientos,las madres acompañaban a sus hijas a los parques, para vigilar su moral y coartar su libertad. Flores, abanicos, colores, pañuelos, sombrillas, tarjetas de visita eran elementos utilizados para enviar "mensajes cifrados": aceptar un amor, comprometer una cita a una hora determinada (sin que los demás lo advirtieran). En nuestros tiempos aquello nos parecerá una "cursilería, yo prefiero quedarme con la sensibilidad sentimental y tratar de elaborar "un blog" que no utilizará flores sino palabras y que espero llegue a todos los que se "acerquen" a ÉL. Tesy


miércoles, 15 de mayo de 2013

HACEMOS DAÑO .. NOS HACEN DAÑO




Esta es una de las tantas preguntas del millón que no me ha quedado más remedio que plantearme en los últimos años y las respuestas que he ido descubriendo nunca han acabado de dejarme tranquila. Luego está la opinión de los demás, esas personas amigas que te conocen y te quieren y te dan una opinión más o menos objetiva que tampoco acaba de cuadrarnos.
-“Mujer, eso te pasa porque eres demasiado buena“, y tú piensas que igual es porque la otra persona es demasiado cabrona.
-“Venga chica, no le des más vueltas, la vida es así, es lo que hay” y tú sientes que “hay” lo que alguien se empeña en que haya; nada más.
- “Lo que te pasa es que no te atreves a enfrentarte con quien te trata mal y cantarle las cuarenta” y te quedas sola frente a esa rabia disfrazada de cobardía porque sabes que como destapes la caja de los truenos la vas a liar parda
Cualquier relación humana está basada en el interés –y no soy yo quien lo dice  y a partir de ahí es de donde hay que ir tirando del hilo. Uno aguanta muchas cosas por miedo a las consecuencias; un mal jefe por el dinero, un mal marido por la Seguridad, una mala esposa por la comodidad, una mala familia por el qué dirán. A los únicos que no se aguanta jamás –por lo menos yo- es a los malos amigos; a esos, ni agua.
Pero a lo que iba, a lo de permitir que nos hagan daño ( nosotros también lo hacemos)Y no vale repetir que la culpa no es únicamente de quien inflinge el daño sino de quien lo acepta, porque hay otra variable que muy poca gente tiene en cuenta y es donde puede  estar el kit de la cuestión.
Creo sinceramente que cuando permitimos que nos hagan daño las personas a las que queremos, es precisamente por eso, porque las queremos y entendemos que, de alguna manera, ese “daño” va implícito en el concepto “amor” o “cariño”. Y hablo de amor y cariño en libertad absoluta, elegible, no tributario, ni condicionado por los diversos miedos que viajan con nosotros en nuestra mochila emocional.
Aunque, la verdad sea dicha, yo también me he hartado a veces de aguantar que me hicieran daño personas a las que quería… y las consecuencias han sido sencillas y clarísimas: las he dejado de querer a secas porque me he dado cuenta de que ellas no me querían a mí y como cuando dejas de querer a alguien le arrancas de cuajo la posibilidad de hacerte daño, muerto el perro se acabó la rabia.... (eso dicen).


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