¿Por qué el lenguaje de las flores?... El lenguaje de las flores, fué un medio de comunicación en la época victoriana, en donde las flores y los arreglos florales se usaban para enviar mensajes codificados, sirviendo a sujetos para expresar sentimientos que de otro modo nunca se podrían hablar. Es algo que "Federico García Lorca" nos enseña en su obra :Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores. En una época dónde la mujer unica y exclusivamente se preparaba para el matrimonio(labores del hogar, aguja, bordado, alguna clase de música, quizás algún idioma_preferentemente francés).El esparcimiento estaba regido por la discrección, nada de libertad de sentimientos,las madres acompañaban a sus hijas a los parques, para vigilar su moral y coartar su libertad. Flores, abanicos, colores, pañuelos, sombrillas, tarjetas de visita eran elementos utilizados para enviar "mensajes cifrados": aceptar un amor, comprometer una cita a una hora determinada (sin que los demás lo advirtieran). En nuestros tiempos aquello nos parecerá una "cursilería, yo prefiero quedarme con la sensibilidad sentimental y tratar de elaborar "un blog" que no utilizará flores sino palabras y que espero llegue a todos los que se "acerquen" a ÉL. Tesy


lunes, 11 de julio de 2011

El absurdo de los “pensamientos negativos” ...

En el ambiente de la autoayuda se recalca con insistencia sobre la conveniencia de desalojar de nuestra mente todos los pensamientos negativos. Estos serían el origen de todos nuestro males.

Al margen de la idea moderna sobre el hecho de que todo lo que pensamos lo atraemos hacia nosotros, sea esto malo o bueno, existe una sencilla razón lógica que nos llevará a poner todos nuestros esfuerzos en erradicarlos para siempre de nuestra mente.

No debemos olvidar que existe un campo, el de los sueños, sobre el que nuestra influencia sólo podrá darse de manera lenta e indirecta debido a que no podemos controlarlos. Pero en la medida que vayamos cambiando los pensamientos no deseados influiremos en nuestra calidad de vida y esto tendrá esencial repercusión positiva en lo que soñemos.

En definitiva, si logramos con el tiempo limpiar toda la casa (nuestra mente) de ridículos fantasmas del pasado y del futuro habremos dado un salto definitivo en nuestras vidas del cual nunca nos arrepentiremos. Y utilizo el término “definitivo” debido a que nuestra mente es un poderoso “ente invisible” de costumbre. Acumulará la experiencia de las prácticas cotidianas a las que la sometemos. Para bien y para mal. Luego las repetirá como si las hubiese venido practicando toda la vida.

Es el temor a que nos ocurra algo malo, a nosotros y a los seres queridos, lo que produce los malos pensamientos. Nos identificamos así con la posibilidad cierta de que ocurran cosas malas en nuestras vidas. Si albergáramos alguna duda sobre ello nuestra propia experiencia del pasado y la de los demás estará presente para recordárnoslo. No nos equivocamos. La vida involucra todas las situaciones: lo malo y lo bueno, lo genial y lo desastroso, las enormes alegrías y las profundas tristezas. Hay quienes, de acuerdo a su carácter y personalidad, encuentran una manera particular de lidiar con este tema. Rechazan por completo la posibilidad de que a ellos o a su entorno afectivo les pueda suceder algo malo. Dicha actitud puede resultar beneficiosa si el autoengaño piadoso encuentra la casualidad de verse siempre respaldado por la realidad. A veces, este principio es tan fuerte en algunas personas, que una vez ocurrido algo negativo en sus vidas, lo borran y vuelven a respaldarse en la misma teoría anterior como si nada malo hubiese ocurrido. Quienes logren utilizar de manera permanente este mecanismo psicológico de protección a lo largo de sus vidas verán resuelto su problema. No se trata aquí de una ciencia exacta con una solución única para todos sino de sentirse bien y lograr la mejor calidad de vida de manera permanente. Será totalmente válido cualquier método que cada individuo encuentre para sí y sólo teniendo en cuenta el no dañar a los demás.

Para los que no encuentren respaldo en las teorías psicológicas, religiosas o de cualquier otra especie que logren alejarlos de la que a veces resulta una cruda realidad, exponemos a continuación el método lógico que nos llevará al mismo resultado pero basado en los hechos de la vida real, incluyendo lo bueno y lo malo. Lo único importante aquí será, que tanto unos como otros, logremos todos vivir nuestras vidas felices, sin preocupaciones adelantadas. Es lo mínimo que nos merecemos.

Reflexiones de un Niño Adulto

“Siendo apenas un niño vivía rodeado de temores. Temor a que sus padres se murieran, temor a que le pasara algo malo a sus hermanos, temor a que alguna gente querida se volviera loca, temor a morirse ahogado en uno de sus ataques de asma, temor a que le desapareciese el pene y se viera convertido en una niña. Temor a que un día ocurriese una enorme explosión y se acabara el Mundo.

Dejando de lado este último, que de haber ocurrido hubiese terminado con todo lo demás y luego de ver transcurrida gran parte de su vida, pudo apreciar que ninguno de los hechos que le producían tanto temor, habían ocurrido. Pero tuvo la sensación de que aunque hubiesen sucedido, incluso todos juntos, no le hubiesen hecho sufrir tanto como lo hizo el temor que se infligió a sí mismo durante tanto tiempo”.

(Párrafo extraído del libro: "EL PARAÍSO ESCONDIDO DETRÁS DE NUESTRAS DESGRACIAS" – Autoayuda Autobiográfica).

El precedente texto es fiel reflejo de lo que intento explicar. La mayor parte de nuestros miedos están basados en situaciones inexistentes que sin embargo, podrían ocurrir en algún momento. O quizás nunca. Si alguna de ellas ocurriese deberemos lidiar con el problema cuando se ha hecho realidad. Pero no sentiremos temor porque el evento no deseado ya se ha instalado en nuestras vidas. Los temores se refieren siempre a situaciones inciertas futuras. Incluso, si he contraído cáncer quizás continúe sintiendo temor. Pero ya no será respecto a la posibilidad de padecerlo sino en relación a si moriré o no, o los sufrimientos que deberé soportar. Si se incendia mi casa mi temor ya no se referirá a la posibilidad de que se incendie, pero quizás aparezca respecto de la incertidumbre de su desenlace (si moriré en él, si sobreviviré pero quedaré sin hogar, etc.). El temor se produce siempre en relación al futuro. Aunque se trate de un futuro apenas distante unos pocos segundos del presente que nos encontramos viviendo. Porque es la incertidumbre respecto de tal situación lo que nos atemoriza.

Podemos observar de acuerdo a lo descripto, que nuestros mecanismos mentales se encargarán a través de pensamientos negativos, de instalar el temor dentro de nosotros de manera casi permanente, aún en los casos y los tiempos en que nada malo nos ha ocurrido (por si pasa). Es decir que, a los malos momentos que debemos sufrir por situaciones reales adversas ocurridas deberemos agregarles tiempos de penurias sin que nada malo nos haya ocurrido. Desgastaremos inútilmente nuestras energías borrando de nuestra experiencia tantos hermosos momentos que tiene la vida. Ni siquiera nos enteraremos. Y todo debido a un simple mecanismo mental con posibilidades de ser revertido.
R:S

 

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