"Dile a tu corazón que el miedo a sufrir es peor que el sufrimiento mismo" (Paulo Coelho)
"Nadie puede herirte sin tu consentimiento" (Eleanor Roosevelt)
"El sufrimiento deriva del apego" (Julio César)
SUFRIMIENTO : según Wikipedia es la sensación motivada por cualquier condición que someta a un sistema nervioso al desgaste. El sufrimiento, como cualquier otra sensación, puede ser consciente o inconsciente. Cuando se manifiesta de forma consciente lo hace en forma de dolor o infelicidad, cuando es inconsciente se traduce en agotamiento o cansancio.

Nadie esta preparado para sufrir, pero todos lo vamos a experimentar mas tarde o mas temprano.
El sufrimiento tambien conduce a la maduracion y crecimiento personal y que entendamos la vida de otra manera dando importancia a lo que realmente lo tiene, entendiendo la vida de otra manera incluso al cambio de nuestra actitud ante la vida y la muerte.
Crea malestar, muchas personas pueden convertirse en adictas al sufrimiento. La mejor opción es no temer a mirar en uno mismo, aceptar los cambios y poder observar desde el desapego para tener una perspectiva clara que ayude a ver la dirección correcta.
"Nadie puede herirte sin tu consentimiento" (Eleanor Roosevelt)
"El sufrimiento deriva del apego" (Julio César)
SUFRIMIENTO : según Wikipedia es la sensación motivada por cualquier condición que someta a un sistema nervioso al desgaste. El sufrimiento, como cualquier otra sensación, puede ser consciente o inconsciente. Cuando se manifiesta de forma consciente lo hace en forma de dolor o infelicidad, cuando es inconsciente se traduce en agotamiento o cansancio.

Nadie esta preparado para sufrir, pero todos lo vamos a experimentar mas tarde o mas temprano.
El sufrimiento tambien conduce a la maduracion y crecimiento personal y que entendamos la vida de otra manera dando importancia a lo que realmente lo tiene, entendiendo la vida de otra manera incluso al cambio de nuestra actitud ante la vida y la muerte.
Crea malestar, muchas personas pueden convertirse en adictas al sufrimiento. La mejor opción es no temer a mirar en uno mismo, aceptar los cambios y poder observar desde el desapego para tener una perspectiva clara que ayude a ver la dirección correcta.
A nivel emocional y mental experimentamos sufrimiento. Un sufrir que surge en la mente por pensar negativamente de uno mismo, de los demás y de la vida misma, viviendo con rabia, en la frustración y sumergido en las quejas.
Cuando uno se vuelve adicto a estas formas de sufrir llega a identificarse con ellas. Intentar superarlas puede sentirse como una amenaza hacia su propia identidad. No se ve a sí mismo dejando de sufrir. Muchas personas no quieren o no saben cómo salir de ese estado.
Hay personas que se aíslan en su tristeza y dolor. Exclaman: "No me entiendes". Se separan de las personas que pueden ayudarle. En el fondo quieren su cariño y ayuda. Pero se encierran dificultando e incluso impidiéndose ese apoyo. Quieren ayuda, pero bloquean la posibilidad de aceptarla. Estas emociones negativas se transforman en rasgos comunes del paisaje de nuestra vida cotidiana.
En nombre del amor sufrimos. En vez de amar desde un espacio de libertad, intentamos ayudar desde la preocupación y el miedo, y así agobiamos, controlamos y dependemos. No dejamos ser.
Lo que nos daña, mucho más que lo que nos ocurre, es nuestro consentimiento a lo que nos sucede. Nadie le puede herir, excepto si tú lo permites. ¿Cómo lo permites? Siendo una aspiradora que hace suyo todo lo del otro, lo bueno y lo malo.

Un estado emocional, mental y espiritual sano rebosa de paz, amor y bienestar. El estado normal del cuerpo es de salud. Cuando enferma, siente malestar y/o dolor. El dolor viene como una señal, para informarnos de que algo se ha desviado de la normalidad y requiere de nuestra atención. Por tanto, aunque pueda parecer que el dolor causa sufrimiento, la paradoja es que está sirviendo como una señal para prevenir complicaciones mayores y para que pueda dar tratamiento inmediato al mal.
El sufrimiento es un mensajero. Nos señala que tenemos los ojos cerrados frente a nuestra verdadera naturaleza espiritual. Lo que ocurre es que en lugar de escuchar, con frecuencia tapamos y negamos que el problema existe o lo justificamos, con lo que no permitimos que se disuelva. Lo importante es percibir que se puede convertir en un estímulo para la transformación.
Cuando sufrimos, buscamos el origen del malestar. Pero la tendencia es buscar culpables fuera de nosotros. Para sanar el dolor hemos de ir hacia el interior. Solo así nos daremos cuenta de que quizá las causas están en nuestra manera repetitiva de pensar, en nuestras actitudes defensivas o en nuestra incomprensión de nuestras relaciones y del mundo que nos rodea. Aceptar y tolerar nos sana.
Se trata de concentrarnos en nuestras cualidades positivas naturales y no obsesionarse ni dar espacio a las negativas para que estas se vayan disolviendo.
Es necesario darse cuenta y aceptar la causa para pasar a fortalecer su poder de transformarlo. En vez de sentir el dolor como un martirio, creo que la mejor opción es "escucharlo", escuchar su llamada , comprenderlo y tratar de volcarnos en los demás , ser más tolerantes, más compasivos amar con libertad dejando ser y hacer , ser solidarios que en los tiempos en que vivimos si no cerramos los ojos y miramos a nuestra derecha o izquierda seguro que comprobamos que "otros" realmente sufren justificadamente y lo nuestro puede ser "una costumbre", una mala costumbre que hay que tratar de desechar ..... ojalá tú que lees esto seas positivo, te animes y ayudes a que otros en peores situaciones también lo hagan y salgan de su oscuridad . Tesy.
Hay personas que se aíslan en su tristeza y dolor. Exclaman: "No me entiendes". Se separan de las personas que pueden ayudarle. En el fondo quieren su cariño y ayuda. Pero se encierran dificultando e incluso impidiéndose ese apoyo. Quieren ayuda, pero bloquean la posibilidad de aceptarla. Estas emociones negativas se transforman en rasgos comunes del paisaje de nuestra vida cotidiana.
En nombre del amor sufrimos. En vez de amar desde un espacio de libertad, intentamos ayudar desde la preocupación y el miedo, y así agobiamos, controlamos y dependemos. No dejamos ser.
Lo que nos daña, mucho más que lo que nos ocurre, es nuestro consentimiento a lo que nos sucede. Nadie le puede herir, excepto si tú lo permites. ¿Cómo lo permites? Siendo una aspiradora que hace suyo todo lo del otro, lo bueno y lo malo.
Un estado emocional, mental y espiritual sano rebosa de paz, amor y bienestar. El estado normal del cuerpo es de salud. Cuando enferma, siente malestar y/o dolor. El dolor viene como una señal, para informarnos de que algo se ha desviado de la normalidad y requiere de nuestra atención. Por tanto, aunque pueda parecer que el dolor causa sufrimiento, la paradoja es que está sirviendo como una señal para prevenir complicaciones mayores y para que pueda dar tratamiento inmediato al mal.
El sufrimiento es un mensajero. Nos señala que tenemos los ojos cerrados frente a nuestra verdadera naturaleza espiritual. Lo que ocurre es que en lugar de escuchar, con frecuencia tapamos y negamos que el problema existe o lo justificamos, con lo que no permitimos que se disuelva. Lo importante es percibir que se puede convertir en un estímulo para la transformación.
Cuando sufrimos, buscamos el origen del malestar. Pero la tendencia es buscar culpables fuera de nosotros. Para sanar el dolor hemos de ir hacia el interior. Solo así nos daremos cuenta de que quizá las causas están en nuestra manera repetitiva de pensar, en nuestras actitudes defensivas o en nuestra incomprensión de nuestras relaciones y del mundo que nos rodea. Aceptar y tolerar nos sana.
Se trata de concentrarnos en nuestras cualidades positivas naturales y no obsesionarse ni dar espacio a las negativas para que estas se vayan disolviendo.
Es necesario darse cuenta y aceptar la causa para pasar a fortalecer su poder de transformarlo. En vez de sentir el dolor como un martirio, creo que la mejor opción es "escucharlo", escuchar su llamada , comprenderlo y tratar de volcarnos en los demás , ser más tolerantes, más compasivos amar con libertad dejando ser y hacer , ser solidarios que en los tiempos en que vivimos si no cerramos los ojos y miramos a nuestra derecha o izquierda seguro que comprobamos que "otros" realmente sufren justificadamente y lo nuestro puede ser "una costumbre", una mala costumbre que hay que tratar de desechar ..... ojalá tú que lees esto seas positivo, te animes y ayudes a que otros en peores situaciones también lo hagan y salgan de su oscuridad . Tesy.
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